Autora:
Miriam Valdez
Miriam Valdez, 49 años después
El próximo 15 de septiembre se cumplen 49 años de mi labor docente, siempre con
experiencia de doble jornada, que abarca desde la Educación Primaria, hasta la
Superior y con vivencias de gestión. Este aniversario ha despertado en mí
pensamientos y análisis sobre lo que ha implicado haber dedicado estos años de
mi existencia a esta labor tan gratificante. En el transcurrir de mi
experiencia académica he tenido que enfrentar grandes cambios, en especial los
referentes a la tecnología.
El estilo y las estrategias han cambiado a través del tiempo y la llegada de los diferentes avances tecnológicos y científicos que han ido surgiendo en la sociedad son más que retadores. La educación no ha sido ajena a esos procesos y ha tenido que adecuarse a los cambios. Entre los más notables se pueden citar, la vinculación de la modernidad y posmodernidad con la educación tradicional, los lineamientos que nos ha dado para la educación del futuro, la no exclusión y el papel preponderante del educando, entre otros también muy importantes.
Mis primeros pasos en el apasionante mundo de la educación iniciaron de la mano de los discípulos de Eugenio M. de Hostos y Salomé Ureña, en una de las Escuelas Normales, la Juan Vicente Moscoso de San Pedro de Macorís. Este Centro fue la cimiente, desde donde se impartía la primera y más importante formación de cualquier ser humano y que, en mi caso, jugaron un papel trascendental, pues fue una verdadera educación integral que me impregnó la filosofía de vida que me ha movido y conmovido durante estos años de vida magisterial, haciendo de mí, una enamorada perdida de la educación, amando lo que hago y la razón por la que lo hago.
Este primer ciclo de estudios ha influenciado para dar pasos firmes en lo que concierne a mi formación y para ofrecer lo mejor de mí, a las generaciones que he tenido el honor de ver pasar por mis aulas, convertidas en laboratorios del saber donde la meta principal era, es y será siempre colaborar para que esos jóvenes se conviertan en PERSONAS.
Luego obtuve
una Licenciatura en Educación mención Ciencias Sociales en la UASD, una
Especialidad en Lingüística y dos Maestrías en la PUCMM, ambas ligadas
directamente al área Educativa. ¡Qué
lejos quedaron esas aulas repletas de alumnos, donde con lo único que contaba
para trabajar era mi voz y un aula, compartida con otro docente, y el profundo
amor por este trabajo que, gracias a mi pasión por él, nunca he visto como tal!
Recuerdo aquella escuela ubicada en el kilómetro 7 de la carretera Sánchez,
donde teníamos que comprar hasta la tiza y en la que experimenté la triste
realidad de ver que muchos de mis estudiantes no tenían qué comer.
Ese recorrer de formación combinada con la práctica docente y sus vicisitudes, me conducen de manera inexorable a las siguientes reflexiones que no pretenden, en ningún momento, ser un paradigma para otras experiencias, sino más bien son el producto de mi experiencia personal:
• Si se
establece una conexión entre la educación tradicional y la actual, se pueden
apreciar las líneas que marcan la educación del futuro. En esta, la tecnología
constituirá, quizás la parte más importante.
• Existe
un contraste entre el ayer y el hoy en materia educativa. Antes, el docente
desempeñaba el rol protagónico del proceso enseñanza aprendizaje, hoy, es el
estudiante el centro de dicho proceso.
• Antes
se iba a la escuela a recibir información que, a veces no se sabía cuál era su
utilidad. Hoy la escuela se percibe como una comunidad de aprendizaje
colaborativo y de cambios sociales.
• Los
logros del ayer constituyen la base para la igualdad de oportunidades, para
alumnos y docentes, que han convertido a las instituciones educativas en centros
más abiertos a la democratización de los aprendizajes.
• En
aquellos tiempos la educación era más elitista y se ignoraban las diferencias
individuales. Hoy, se tiene en cuenta la diversidad cultural, social y personal
del alumnado. Es más inclusiva.
• En el
pasado la educación era “obligatoria” e impuesta por cada uno de los sistemas,
ignorando a los actores del proceso en la planificación y toma de decisiones,
mientras que, en la actualidad, se ve la educación como un derecho universal
que se une a la dignidad humana y su autonomía:
“La denuncia de la opresión
y la desigualdad de esta última etapa se ha extendido a las relaciones de
género y a los de cualquier otro colectivo que se considera oprimido, quedando
en evidencia que la educación construida bajo el paradigma de la modernidad
dista de ser liberadora, o en el mejor de los casos lo es para unos y no para
otros” (Gimeno, 1999,47)
Me pregunto con frecuencia: ¿Qué será de nuestros
jóvenes en el futuro? ¿Cómo ellos podrán manejar esta tecnología avasallante?
¿Cómo las familias podrán lidiar con esta realidad? ¿Será cierto que la
inclusión se volverá cotidiana en la vida del ser humano? ¿Dónde han quedado
los valores?
Por último: ¿Qué será de mí?
Por último: ¿Qué será de mí?
La autora es:
*Egresada de: Escuela
Normal Juan Vicente Moscoso, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Su título más reciente
es de Magíster en Tecnología Educativa (2013)
*Trabajó para la
Congregación de Los Hermanos de La Salle desde el año 1976 hasta 2012, donde
fue docente, coordinadora de Educ. Básica durante 14 años subdirectora durante
cuatro años y trabaja en la PUCMM, desde 1993 como docente. En la misma labora
como Correctora de Estilo para el Departamento Editorial desde 2016 y en la
actualidad colabora como docente, para las Escuelas de Comunicación Social,
Mercadotecnia y Turismo y Gastronomía.
*Experiencia laboral en el
pasado, como docente: profesora de los grados quinto, primero, séptimo, octavo
de la Educ. Primaria y primero de Educ.
Secundaria. Profesora de Español para extranjeros, de 1983 a
2006 (en el CEPA y PUCMM) profesora de varias asignaturas para el Departamento
de Educación en los proyectos de PRODEP y BID, en el programa de
Profesionalización del Magisterio Nacional.
Bibliografía:
*RODRIGUEZ GOMEZ, 2007 Ayer y hoy de la educación. Reflexiones
para el profesorado. Universidad de La Laguna. jm. pedagogía @hotmail.com
*GIMENO, J. (1999): La organización escolar: contexto y texto de
actuación. Madrid, La Muralla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario